Si hay momentos en tu vida en que no todo te sale bien o no se te dan las cosas que deseas o como las deseas, siempre podrás leer estas propuestas sencillas que te dejo aquí para ser más optimista y cambiar tu actitud.
Modula tu voz: El optimista debe desarrollar un tono
de voz alegre y entusiasta que transmita confianza a su interlocutor. Sonreír
mientras se habla ayuda a desarrollar un canal positivo de comunicación, ya que
se produce inmediatamente un contagio emocional.
Endereza tu postura: Se ha demostrado que la postura
corporal incide en el estado de ánimo, ya que de hecho es un reflejo de éste.
Si te acostumbras a andar con la cabeza erguida y la espalda recta, dando
grandes pasos, estarás mandando a tu inconsciente el mensaje “todo va bien”.
Céntrate en la solución en vez del problema: Para las personas
que se centran en las soluciones, el problema sólo es un trampolín que las
impulsa hacia la acción. Haz la prueba: la próxima vez, en lugar de decir “tengo
un problema”, examina las soluciones y opta por una de ellas.
Siempre positiva, nunca negativa: Quien lleva el
estandarte del optimismo no malgasta su energía enfadándose o discutiendo. Y
por supuesto, tampoco se queja. Si tiendes a “negativizar” las cosas, puedes
aplicar la de LO CONTRARIO ES LO CONVENIENTE. Cuando estés muy enfadada, haz
exactamente lo contrario de lo que te pide el cuerpo.
Rodearse de amigos: Las personas con un excelente
estado anímico suelen rodearse de mucha gente con la que intercambian mensajes
positivos. De este modo las baterías del optimismo están siempre cargadas.
Practicar la gratitud: Las personas agradecidas cargan
las baterías del optimismo con la conciencia de los bienes recibidos. Con ello
activan la ley de la atracción y multiplican los eventos positivos en su vida.
Pequeñas metas, grandes objetivos: Un secreto para
mantener un nivel alto de optimismo, es dividir un gran objetivo en pequeñas
metas que podamos alcanzar cada día, así evitarás las frustraciones.
Destacar lo bueno sobre lo malo: El arte de
relativizar implica también aumentar el peso de las cosas positivas que nos
suceden, al tiempo que restamos valor a las negativas.
No analizar: Está comprobado que las personas que
andan examinando la vida con lupa son más pesimistas que quienes se dedican
simplemente a vivirla. Si quieres ser feliz, no analices. ¡Vive!
Aprender algo nuevo: Para que la vida tenga sentido,
hay que evitar la desagradable sensación de que nos hallamos en el mismo lugar
que ayer y que anteayer. Atrévete a aprender las cosas que siempre quisiste y abre tu mente a probar cosas nuevas que pueden llevarte al éxito. Sal de tu "zona de confort".
Yo he usado estas premisas y de verdad ayudan mucho.
¡Inténtalo, son para ti también!
LiGaru Style
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